El ámbito público y el privado están más cerca de lo que pensamos y, a menudo, les unen puentes en cuanto a la atención sanitaria. Así lo corrobora el presidente de la Federación Nacional de Clínicas Privadas, Antonio Bartolomé, quien afirma que «en algún momento puede que ciertas técnicas se hagan en la sanidad privada por la llegada precoz de algún aparato pero, si han demostrado su eficacia y su alta calidad generalmente los centros públicos no tardan en incorporar dichas técnicas». Normalmente existe una mayor agilidad en la privada para adquirir las tecnologías, pero inmediatamente llegan a los demás hospitales, independientemente de su tipo de gestión, indica. No obstante, en la actualidad determinadas intervenciones se practican, en exclusiva, en los centros privados. Se pagan caro, pero muchas veces lo merecen porque salvan vidas o mejoran considerablemente la calidad de vida de los pacientes.

Balón intragástrico

Como solución «puntual» al sobrepeso agudo o transitorio, las clínicas privadas realizan la técnica del balón intragástrico, que consiste en insertar una prótesis de silicona a través de endoscopia para que el paciente sienta saciedad. «La idea es que aprenda a modificar sus hábitos alimenticios», explica a BIEN Anabel Lafarga, del Centro de Cirugía Avanzada de Madrid, quien indica que cuesta 6.500 euros. Por su parte, el doctor Gontrand López-Nava, director de la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad de los hospitales Madrid Montepríncipe y Sanchinarro destaca que «no se trata de una técnica aislada, sino que requiere la coordinación de psicólogos, endocrinos y de digestivo». En su unidad ha instalado más de 1.300 balones con buenos resultados.